Cuando hablamos de la Residencia de Estudiantes lo hacemos de una institución libre que cambió al completo la percepción de la educación de la época y la sociedad. Fue un referente para toda una generación y una maestra para otra, particularmente la Generación del 27. No sólo enseñó a sus participantes, sino que también mostró al resto de España cómo progresar en todos los aspectos educativos y sociales. Ante el estallido de la guerra Civil, supo reformarse para ayudar a aquellos que la necesitaran, poniendo los escrúpulos a un lado y apoyando a su país en un grave momento de crisis.

La Residencia nos enseña que todo es posible, más allá de su comienzo. Con el suficiente esfuerzo, ganas y coraje puedes conseguir aquello que te propongas. Enseñó, muy irónicamente, a una generación de poetas y literatos a “soñar”. Sigamos soñando con ella.