LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES
Espacio de investigación, educación y creatividad.
La Residencia de Estudiantes, cuna de incontables avances tecnológicos, sede de algunos de los mejores poetas de España y receptora de eminentes charlas, como las de Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, John M. Keynes, Alexander Calder, Walter Gropius, Henri Bergson o Le Corbusier, comenzó en un pequeño hotel alquilado en la calle Fortuny 14, Madrid y acabó convirtiéndose en un referente educativo en el mundo.
En este trabajo hemos analizado la escuela y sus métodos, el mundo a su alrededor y su progresión como centro de enseñanza para poder averiguar cuál fue la clave para todos sus logros y metas.
Usando una forma de educación abierta, dinámica y más centrada en el aprendizaje y la investigación a través de las experiencias la escuela, consiguió preparar a una generación de jóvenes mentes brillantes para desenvolverse en el futuro que les aguardaba, para ser capaces de pensar y cuestionar la realidad que los rodeaba, y, en parte, es por ello por lo que la escuela fue tan exitosa.
¿Cuál fue el papel de este espacio en la época que ayudó a construir?
¡QUE NO ES NINGUNA FONDA!
Aquí escribo, trabajo, leo, estudio. Este ambiente es maravilloso. Pero lo más principal para no poder marcharme no son mis libros, sino que estoy en una casa de Estudiantes. ¡Que no es ninguna fonda!
/ Federico García Lorca, 1920
MARIANA PINEDA
Como se acerca la primavera he cambiado de pabellón y tengo un cuarto pequeñito que mira al campo y de donde se ven rebaños y sembrados. Aquí pienso terminar la última escena de Mariana Pineda. La lucha literaria en Madrid es enorme porque está todo acaparado por sinvergüenzas y malos escritores y dramaturgos pelafustanes a quienes hay necesariamente que barrer.
/ Rafael Alberti, 1945
SUERTE
Estamos divinamente en la Residencia y ya veis qué suerte tan grande hemos tenido. En Madrid no se puede vivir en otro sitio, pues las casas de huéspedes son nauseabundas y caras, y los hoteles y pisos buenos cuestan un ojo de la cara.
/ Luis Buñuel, 1982